domingo, 17 de junio de 2012

La escuela es la vida misma



LA ESCUELA ES LA VIDA MISMA



La escuela activa:

“La Educación es una función social y una función individual”[1]

Según Dewey la educación es la suma de los procesos por los cuales una comunidad trasciende sus poderes y fines para asegurar su propia existencia y desarrollo. También es sinónimo de CRECIMIENTO. O sea que es una constante reconstrucción de la experiencia.

No es una preparación para la vida sino que ES LA VIDA MISMA, depurada. En ella se aprende a vivir.

“La escuela es el ambiente natural del niño, donde éste aprende a vivir directamente”[2]

Cuando decimos “ambiente natural”  supone que no es un lugar donde solo se aprenden simultáneamente lecciones que tengan una remota referencia a la vida futura que tenga lugar en el porvenir del niño, sino también tiene que ser una sociedad en miniatura  donde el alumno desarrolle un MÉTODO de trabajo basado primero en la experiencia directa, o sea que desarrolle una actividad continua en la que esté interesado por su propia cuenta.

Él se opone rotundamente a considerar a la escuela como un lugar donde se educa por la instrucción (concepción Herbartiana[3]) y propone su teoría de educar por la acción. Esto es aprender haciendo.

Para esto,  se le debe plantear al alumno  un problema auténtico dentro de una situación como un estímulo para su pensamiento. Éste debe poseer información y hacer observaciones necesarias para tratar el problema.

El alumno debe lograr soluciones que salgan de él mismo. Esto lo hará responsable de que estas soluciones se desarrollen de un modo ordenado.

El alumno debe tener oportunidad de comprobar sus ideas por sus aplicaciones, descubriendo su significación y validez.

Para Dewey no hay dualidad entre el método y  la materia de enseñanza. Ya que el método  es solo la combinación o arreglo de la materia de enseñanza para hacerlo más eficaz.





[1] John Dewey 1859- 1952
[2] John Dewey. “La escuela y la sociedad”
[3] Herbar Johann Friedrich. 1776-1841

El Rol del Maestro


EL ROL DEL MAESTRO

EL DOCENTE COMO ENSEÑANTE



“El docente es un profesional de la enseñanza. Su rol  es educar, enseñar”[1]
El docente tiene que ser autónomo, capaz de tomar decisiones desde el mismo momento que tiene en sus manos lo que proyecta enseñar hasta tomar decisiones puntuales frente a determinadas situaciones imprevistas que se presentan en  desarrollo de una actividad escolar. Todas ellas deben estar fundadas en el análisis y la comprensión de la realidad concreta en la cual le toca desarrollar su enseñanza.
El docente debe desarrollar ciertas técnicas y estrategias  que se organizarán en los saberes adquiridos, el conocimiento de aspectos evolutivos del niño, los diferentes aportes teóricos  referidos al aprendizaje y la enseñanza. Todo llevará a la reflexión cotidiana sobre su tarea y la dinámica a seguir, sin apartarse de la dinámica institucional en la cual desempeña su labor.
 Sacristán[2] define las situaciones de enseñanzas  como una realidad compleja. La práctica de la enseñanza es fugaz, fluida, difícil de aprehender con coordenadas simples y estáticas.
Sacristán señala ciertas características del maestro  para destacar. La pluricausalidad: el maestro debe resolver en forma momentánea y sucesiva varias situaciones, de carácter administrativo, instructivo, social, etc.
La Imprevisibilidad: La situación real exige al maestro respuesta a los problemas previstos y no previstos.
La Inmediatez: La realidad demanda actuaciones en algunos casos sin poder tomar distancia y reflexión.
Además se debe adecuar a otras características que son propias de historia institucional, la definición de los espacios, la interrelación entre los diferentes docentes, las modalidades de comunicación, la relación de poder, el grupo socio cultural de los alumnos, etc.




[1] Giroux H.  “Los profesores como intelectuales”. Año 1990 Paidos Barcelona
[2] G. Sacristán. “Profesionalización docente y cambio educativo” Universidad de Valencia 1998 Ponencia.